12 marzo 2007

Será posible?

Jaque mate al aburrimiento

Unos 7.000 niños juegan ajedrez. La Federación que reúne a más de 20 clubes impulsa un proyecto para llevar el tablero a los programas de Educación Primaria

GABRIELA VAZ (El Pais Digital)

Educar la inteligencia y modelar la personalidad de un niño no tiene por qué ser una tarea engorrosa para el maestro y menos aún para el propio alumno. Un tablero, 32 piezas, conocimiento de las reglas y disposición para jugar pueden ser más que suficientes. Al menos así lo aseguran los integrantes de la Federación Uruguaya de Ajedrez (FUA), quienes están promoviendo un proyecto para incluir el ajedrez como materia obligatoria en la enseñanza pública primaria.

El antiguo juego no sólo facilita la comprensión de las matemáticas, ejercita la concentración o despierta la capacidad de análisis, sino que también desarrolla aspectos del carácter del niño, fomentando por ejemplo su seguridad.

Tal como explica Carlos Milans, presidente de la Federación, hace ya tiempo que existen iniciativas individuales para que el ajedrez se juegue en las escuelas e incluso algunos colegios privados lo han incluido a nivel curricular, en tanto otros, por falta de recursos, lo practican en forma muy parcial.

Ante ese panorama fue que la Federación -que agrupa más de una veintena de clubes de ajedrez en todo el país- decidió adoptar el impulso como propio para brindarle un carácter institucional. Así surgió "Educando la inteligencia", un proyecto conjunto que se propuso a las autoridades de la educación con el fin de integrar el juego formalmente en los programas de Primaria. "Unificamos las voluntades para impulsarlo. De todas formas, la obligatoriedad no es necesaria; podemos dar clases igual, como ya se está haciendo en algunos institutos a iniciativa de los docentes", afirma Milans.

Los especialistas recomiendan que los niños se inicien en el juego entre los 8 y 10 años. Actualmente, en nuestro país, cerca de 7.000 chicos practican ajedrez a nivel escolar y los promotores de esta iniciativa aseguran que ya existen muy buenas experiencias en algunos puntos del interior, como Paysandú, Colonia o Treinta y Tres.

TALENTO Y ACTITUD. El proyecto tiene dos claros objetivos. Por un lado, esperan ampliar "la base ajedrecística" en Uruguay, es decir, la cantidad de personas que practican el entretenimiento con asiduidad, con el fin de detectar las promesas del deporte.

Como explica Milans, cuantas más personas lo practiquen más posibilidades existen de rastrear a los mejores. Éstos son incluidos en el programa `Jóvenes Talentos` para que participen en campamentos donde profesionales les dan clase e instruyen para desarrollar la calidad del juego. "De esa manera potenciamos al Uruguay a nivel internacional. Tenemos un excelente desempeño en la franja de 12 a 16 años, pero a partir de ahí quedamos relegados respecto al resto de Sudamérica y más aún del mundo".

La otra vertiente del proyecto apunta al desarrollo personal del niño, tanto en lo referente a sus actividades académicas como a aspectos de su carácter. "Estamos convencidos de la importancia del ajedrez como un juego que modela e incentiva la inteligencia a la vez que permite un análisis de cualquier situación, pesando causas y previendo las consecuencias", indica el presidente de la FUA.

Esos elementos, sumados a la necesidad de concentración y el tener que trazar un plan estratégico para lograr la victoria facilita la comprensión de materias como informática y geometría.

Hace unos años, un estudio realizado en Mercedes confirmó esas bondades. Según cuenta Milans, se comparó dos grupos de chicos, unos jugaban al ajedrez y otros no, y el resultado fue contundente: "el primero presentó mejor desempeño en las notas de sus exámenes".

Pero el ajedrez también modela la personalidad y desarrolla aptitudes para la vida social. "El juego implica manejar un ejército y eso genera capacidad de sentirse seguro; el niño se vuelve estratega y desarrolla una actitud más madura".

La propuesta cuenta con el apoyo del Ministerio de Deportes y fue declarada de Interés Educativo por el Ministerio de Educación y Cultura, que está manejando el tema. La inclusión en los programas de Primaria es difícil y exige un estudio minucioso, ya que significaría un nuevo egreso para las arcas estatales. El presidente de la FUA opina que la cantidad de dinero necesario sería mínimo, pues los juegos de ajedrez son baratos y el mayor monto correspondería a los salarios docentes. Por el momento, los ajedrecistas están en tratativas con varias intendencias para que, a través de la firma de convenios, el club local afiliado reciba apoyos monetarios. En Colonia, la comuna facilita dinero para la compra de juegos al igual que la Federación, que además dona libros y tableros para colgar, entre otros útiles.

Niños más creativos, pacientes y éticos

EL AJEDREZ. Brinda numerosas ventajas al desarrollo intelectual y personal del niño, permitiéndole aprovechar mejor su inteligencia natural. Estas son algunas de las principales capacidades que puede fomentar:

ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN. Son las capacidades que se desarrollan más rápido. Los niños se acostumbran a pensar y poner atención en lo que están haciendo, incluso los hiperactivos. También ejercita la memoria.

ANÁLISIS Y SÍNTESIS. Durante toda la partida el niño tiene que analizar cada amenaza del contrario y sintetizar cuál es la mejor respuesta. Hay niños que después de un tiempo pueden efectuar combinaciones de tres jugadas. Cada jugada puede tener más de una respuesta.

RAZONAMIENTO LÓGICO-MATEMÁTICO. El tipo de razonamiento que se emplea en el ajedrez es el mismo que se utiliza en las matemáticas. Algunos señalan que "el ajedrez es a la matemática lo que la música es a la acústica". Motiva también hábitos de estudio, lectura e investigación en la rama de la filosofía a e informática.

CREATIVIDAD E IMAGINACIÓN. Todo ajedrecista debe imaginar posiciones distintas de las que hay en el tablero, para aprovechar el tiempo. A partir de eso crea un plan de acción con jugadas que obliguen al rival a equivocarse para modificar la posición de las piezas y conseguir lo que busca. Tiene que ser más rápido e imaginativo que su contrario.

ÉTICA. Como en cualquier deporte, hay reglas a respetar, pero tan determinantes que el jugador se acostumbra a cumplirlas sin la necesidad de un árbitro. Debe aceptar el resultado del encuentro sin excusas. El vencedor no es más alto, más fuerte o más rápido que el vencido, sino que ha jugador mejor.

ORGANIZACIÓN. El jugador analiza los problemas que se le plantean, planifica la acción, y combina jugadas con distintas piezas en un orden dado. Debe organizar su juego.

CONTROL EMOCIONAL. Debe controlar sus emociones al máximo, sin dejarse llevar por el enojo o el desprecio hacia el rival. Los niños desarrollan paciencia y perseverancia.

RESPONSABILIDAD. Un ajedrecista no puede echarle a nadie la culpa de sus errores, pero tampoco puede achacar el resultado a la mala suerte ni a factores exógenos.

AUTOESTIMA. Al ser una batalla mental, el jugador valora el esfuerzo que representa mejorar. El niño va tomando confianza en su capacidad.

TOMA DE DECISIONES. Frecuentemente, mucho más que en cualquier otro deporte, hay que tomar una decisión que puede ser definitiva, pues no se puede consultar con nadie.

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